Para disfrutar de la prosperidad…
En días pasados a propósito del mes de las madres, escribimos acerca de aquello importante para poder disfrutar de la prosperidad. Vamos a ahondar un poco en este tema, de manera que podamos entender la importancia de sanar el vínculo con la madre para recibir la prosperidad y vivir en ella.
Paso 1 – Apertura para recibir
El primer paso para encontrarnos cara a cara con la prosperidad, es estar abierto a recibir. Te preguntarás qué significa esto, porque pareciera que siempre estamos en ese estado, pero no es así. Gran parte de las ocasiones, ni siquiera nos hacemos conscientes de todo lo que llega, porque solo estamos atentos a recibir lo que esperamos. Se nos olvida que el universo trae lo que necesitamos siempre, no lo que queremos, y que tras ello aunque no nos satisfaga al instante, indefectiblemente se desplegará eso que nuestra vida requiere. Así las cosas, y tal como lo identificó Bert Hellinger, no es lo que mamá da lo que hace la diferencia, sino lo que el hijo recibe, y cómo lo recibe. Es pertinente recordar que nuestra madre solo tenía el deber de traernos a la vida, todo lo demás que nos entrega es simplemente una “añadidura” de acuerdo a su actitud, bagaje intelectual, conjunto de creencias y valores, experiencia y posibilidades.
Paso 2 – Soltar las expectativas
Lo anterior nos lleva al segundo paso, qué es estar desprevenido de tus expectativas. Si bien el universo está proporcionando todo lo que necesitas en su debido momento, también es cierto que lo que esperas y esas ideas que tienes de lo que debería ser o cómo debería llegar, quién te lo debería proporcionar y cuándo, no te permiten tomar las oportunidades que la vida te trae naturalmente. Reflexiona, ¿cuántas veces pensaste lo maravillosa que era la madre de tus compañeros, de tus amigos, del vecino y todo lo incómodo que tenía la tuya?; de esa manera no estás abierto a recibir lo que es para ti, esperando lo que quisieras que fuera. Todas estas expectativas están más llenas de ego, que es el yo consciente cargado de máscaras y apariencias, que de tu esencia profunda y autentica, porque la mayor parte de las veces olvidas tus verdaderas emociones y deseos, por parecer lo que la sociedad espera de manera estereotipada y aguardar que los otros se comporten de la misma forma.
Paso 3 – El poder personal
Y aquí se da otro asunto bien interesante, y es el tercer paso hacia la prosperidad, lo que te exige estar en conexión con tu poder personal. Sin embargo, si no hemos tenido la suficiente apertura para recibir lo que está dispuesto para nosotros y te has pasado esperando un “deber ser” de lo que llega a tu vida, de acuerdo con requerimientos y atributos sociales preconcebidos, poco a poco vas cediendo tu poder personal, ese que está arraigado en lo que esencialmente eres. Pues éste solo se alimenta de tu autenticidad y amor propio. Cuando estás satisfaciendo las expectativas de alguien más, das pasos en círculo para encontrarte a ti mismo, pierdes tu seguridad, tu naturalidad, tu capacidad de elegir y decidir y por consiguiente cedes tu poder desconectándote de ti.
Paso 4 – Gratitud
Por último, el cuarto paso es tener una actitud de gratitud permanente. Todo lo que llega a tu vida, desde aquello que puedes ver, oír, degustar, sentir, palpar e intuir, amerita un gracias. Las peores experiencias traen los mayores aprendizajes y finalmente crecimiento y satisfacción personal a toda máquina; Las mejores experiencias te ofrecen los mayores incentivos para estar preparado, asumir la vida con regocijo y permitirte una vez más, darle cara al fracaso como una herramienta de desarrollo. Agradecer cada cosa que te pasa y no te pasa, agradecer cada regalo del universo, cada tormenta que precede al sol, ayudan a construir firmemente las bases de la vida próspera y feliz.
Visto así, recibir la fuerza de tu madre, es una condición que favorece de manera determinante tu prosperidad, la cual no es otra cosa que lograr y mantener éxito y favorabilidad en todos los aspectos de la vida. Si la madre es la fuerza que te trae al mundo, sanar con mamá, es la puerta que abres para una vida favorable y satisfactoria.
De Clara Inés Ospina Gaviria, para Un Lugar Para Sanar.
Psicóloga, facilitadora y consultora empresarial.