Lo que más se proyecta en nuestra pareja
Una invitación a ver a nuestra pareja por quién realmente es y no por las proyecciones de nuestros conflictos no resueltos o el de nuestros ancestros.
Lo que más se proyecta en la pareja Ser la “pareja” es una posición con un gran peso oculto, dado que ésta entra a formar parte de nuestro sistema y viceversa. En otras palabras, algunas implicaciones del sistema de nuestra pareja, se convierten en carga para el nuevo sistema que estamos creando (y lo propio pasa con el nuestro), lo cual nos lleva de manera irremediable a enfrentar varios conflictos, que se vienen repitiendo en ambos sistemas de origen: y hasta no ser dentificados y resueltos van a perturbar nuestra relación.
Veamos algunos ejemplos:
1. Ella le reclama a él que no le da su lugar.
Esto puede deberse, entre varias posibilidades a que él ocupó en su sistema de origen, en ausencia del padre, el lugar que a su padre le correspondía, por lo que desarrolla un sentido de responsabilidad por una culpa que no es suya y con la que trata de compensar el vacío en la madre. Así las cosas, la esposa y la madre se convierten en rivales y él se ve dividido entre ambas, pareciéndole lo más normal las demandas de la madre, con quién además tiene una relación de dependencia, e irracional la queja de la esposa, quién desde lo inconsciente sabe que él no le da el lugar exclusivo de pareja, porque está siendo la pareja sustituta de la madre. Esto crea, además, unas lealtades e identificaciones que complican la situación, porque, aunque él conscientemente quiera hacer algo al respecto, el inconsciente lo desborda y no logra dar el lugar real a su esposa pues no está dispuesto a “generarle dolor a la madre”, cuando lo que realmente está haciendo es evitando que la madre enfrente y tramite la situación dolorosa con su esposo. Si a lo anterior le añadimos el peso de lo que culturalmente se dice: “la madre es primero”; la pareja se ve en un sin número de emociones y conflictos que se convierte en una bola de nieve que puede arrollarlos en cualquier momento.
2. Él la ama con devoción y de esto son testigos los amigos y familiares, pero a ella no le basta.
Esto puede presentarse porque ella ha entrado en transferencia con la abuela, quién tuvo un esposo indiferente que la traicionó. Aquí, no es la esposa quien le reclama al esposo, sino la abuela que le reclama al abuelo. Entonces el esposo no entiende lo absurdo del reclamo, y su frustración crece porque no importa cuanta atención le preste a su esposa, para ella nunca será suficiente: realmente la demanda de afecto no es hacia él; ella está por así decirlo, desplazada por la abuela.
3. La pareja ha vivido una sexualidad increíble y de repente, un bajón en la libido sin explicación y sin que exista un tercero en la relación.
Esto puede darse porque un abuso en el sistema de alguno de los dos emerge para ser identificado y solucionado.
4. Ella lo ama, es el hombre más maravilloso, pero no lo desea porque lee en él al padre.
Estas y muchas otras implicaciones sistémicas amenazan la relación, y existen algunas que pueden pasar inadvertidas que son igualmente perjudiciales. Son aquellos conflictos que ambos portan sin saberlo, ni imaginarlo de relaciones anteriores. Si nos detenemos a considerar que para el inconsciente sistémico es más importante el vínculo que el amor, hemos de entender que un simple “encuentro sexual casual” nos expone a cargar síntomas del sistema de esa persona de quién a veces no recordamos ni el nombre.
Esos síntomas que podemos cargar por el fulano(a), van desde una adicción al juego hasta una esclerosis múltiple o cualquier otra dolencia a la cual no encontramos explicación consciente o hereditaria. A veces entramos en esas dinámicas del inconsciente, como decía Kerlinger en ese “yo por ti”, y en esa dinámica, nos ofrecemos a cargar por el otro, exponiendo a nuestra pareja actual, a cargar el síntoma del sistema de nuestra expareja.
Aunque hayamos hecho los rituales y cierres respectivos, que son definitivamente muy valiosos y muy importantes, se nos puede escapar una implicación no resuelta, ocasionada por algo que para nosotros puede ser de poca importancia, pero el subconsciente encapsuló como un conflicto.
Amamos estar en pareja, nos hace falta otro a quién amar, no obstante, es necesario mantenernos sanos a nosotros mismos, par evitar al otro las cargas que no reconocemos. Cerremos relaciones, revisemos que cargamos propio y entendamos que a veces implicaciones inconscientes de nuestro sistema y de nuestros vínculos anteriores pueden complicarnos.
Es hora de que empieces a sanar:
Algunos tips para saber que hay algo no resuelto con tus vínculos anteriores
1. Sueñas con esa persona de manera repetida o en el sueño sustituyes a la pareja actual o a un compañero de trabajo o familiar con ella.
2. Sueñas con algún sitio que evoca la relación anterior o la pareja.
3. Sueñas con tu pareja actual, pero está vestido o haciendo lo que haría la expareja.
4. En una discusión con tu pareja, te sientes envuelto en una situación que ya has vivido con la expareja, a manera de “deja vú”.
5. Estando con la pareja actual, el deseo se desplaza a una de las parejas anteriores.
6. Cuando de la nada se inicia un conflicto con la pareja actual, aduciendo que no quieres
sentirte como aquella vez…
7. Cuando eres incapaz de aceptar a una pareja que te trata con amor, porque algo en ti
demanda maltratos recibidos con la pareja anterior.
8. Cuando repites el mismo patrón de relaciones o consigues parejas similares que te
generan el mismo malestar o sufrimiento.
Sanación Intuitiva de memoriaS ancestrales
No dejes que las emociones no reconocidas te impidan disfrutar del amor y la dicha con tu pareja.